Entre tiempos

Por Alejandro Barbeito

¿Vos me venís a hablar de fulbo? Quisiera verte en la cancha de Huracán de barrio La France o en el trampero de Argüello, donde la pelota desafía todas las leyes de la física burlándose de la velocidad y trayectoria con solo valerse de una matita de pasto seco. Como me gustaría verte arrimándote al alambrado para hacer un saque lateral y que te reciba un averío de gallos peleándose a ver quién llega primero a tu cara. O que el negro Lito, macerado en Resero blanco desde la noche anterior, te acuchille con esa puteada que perfora hasta el hueso tu relación matrimonial. Quisiera verte sobrar a los rivales si adelante tuyo está el Gringo Ártico, te deja chiquito a patadone. No te veo laburando de otra cosa porque con el fulbito no te alcanza para llevar las migas a casa, como hacía el José Antonio Roca, ese cinco verdulero que jugaba en La Gloria del 73… no te la bancarías pibe, que mierda te la vas a bancar. Y ni que hablar de esos botincitos multicolores que usas ahora!!! ¿Sabés cómo se te cagarían de risa en la tribuna los vagos?? Se harían un picnic de sobrenombres cordobezasos mientras mastican el chori de garrón hervido. ¡Y encima te sacas la camiseta para gritar un gol y mostrar no sé qué carajo en la remera de abajo! Mira que hay que ser pelotudo, la camiseta papá! Por esos colores damos la vida, que parte no entendés? Se llevan en el pecho, tan adentro que cuando perdés te cagan la semana entera. Y vos la tiras como trapo sucio, pero déjate de joder. Vos que ahora hablas de doble cinco, carrilero por izquierda y no sé qué huevada más, a la Mamadera Anelli no la agarras ni con la cana y la perrera municipal juntos. Y encima te tapas la boca para hablar con un compañero como si le estuvieras pasando la fórmula de la Coca. Vos que casi te maquillas para salir a la cancha, vos, justamente vos me venís a hablar de fulbo! no me hagas cagar de risa, gil!.

Termina Getafe-Real Sociedad cero a cero y Beto apaga el tele. Si los agarraran la Pepona Reynaldi y el Rana Valencia los dejan de cama a todos estos gallegos de cuarta masculla mientras lleva el mate a la mesada y se saca la camiseta del barza para ponerla a lavar. Si hasta parece que se hablaba a sí mismo.

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