Ventanas Sociales



Por Alejandro Barbeito

Abro la ventana y lo primero que me llama la atención es un sujeto que yo no sabía que era mi amigo, pidiéndome que le ayude a recordar cumpleaños.

Otro invitándome a jugar un juego que se juega solo, una especie de solitario. Doña Clementina que se la pasó despotricando en la verdulería contra el matrimonio igualitario pasa con una pancarta que reza: "Todo está permitido, menos interrumpir una manifestación de amor" del azucarado Coelho. 

Uno con una foto de una política me grita "...CORRUPTOS, LADRONES, FACISTAS...DAN ASCO...!!!!", me imagino que se le hincha la vena del tamaño de una manguera. "Pero hombre..." le empiezo a comentar, tratando de explicarle mi posición. No, mejor no, prefiero tragarme los improperios.

Una flaca a la que alguna vez acepté como amiga a pesar de que no sé quién corno es, pasa con una especie de tocadisco-televisor tratando de que todos escuchemos-veamos a un descerebrado que baila a lo caballo. Encima ¡no le puedo decir que no me gusta!

Es muy loco esto. Es como si todos los vecinos que tengo o que tuve a lo largo de la vida, los compañeros de trabajo, los amigos viejos y nuevos y las personalidades que admiro pasaran hoy por la puerta de casa. Y cada uno de ellos con algo para decirme. Y yo en la ventana.

José María, que ya no sé si vive en barrio Providencia, Indonesia o Madagascar por las fotos que muestra, pide que todos compartan su cruzada contra las telefónicas: "si todos apagamos los celulares el 15 de mayo de 19 a 20 las compañías pierden...no seamos indiferentes!" culmina la arenga "...pero José me parece que más efectivo sería no comprar tantos celulares..." le comento. "...Ahhh, sos un boludo de aquellos, que te importa lo que yo hago con mi plata", me contesta ante la vista de todo el mundo, y todos sus amigos se suman en el castigo!

Una ex compañera del colegio, ahora new age tardía, propaga la sabiduría de un monje de espejitos "...Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo"

Un médico de reconocido prestigio me da un toque "...no quiere ver el video de la novia que se desnuda en el altar??!!"

El vecino de la esquina con el que ni me saludo escribe en mi muro "...lo que está pasando en tu mente, es lo que estás atrayendo."... sí, las ganas de llenarte la cara de dedos, pienso para mí.

"En Buenos Aires", susurra el flaco López como si fuera una necesidad impostergable mostrar al mundo su cuaderno de bitácora. Me imagino a un par de amigos de lo ajeno recolectando esos datos con gran placer.

Clementina pasa de regreso pero con otra pancarta con un foto de Bergoglio con la camiseta de San Lorenzo y un texto que decía "El papa Francisco es argentino, cuervo y anti K carajo!. Estoy con el campo". No muy lejos de ella pasan otros que dicen "8N yo no voy" pregonando que el papa... es peronista!!! Mezclados entre todos, una caravana visual con cuadros y dibujitos desfilan como si fueran una exposición global itinerante.

"Ja ja jaaaaaaaaaa ja joo" dice Nuqui -que no sé si es su nombre o apellido, si es mujer u hombre ya que tiene la cara de un perro en el perfil, y hasta lo que yo se los perros no dicen Ja ja jaaaaaaaaaa ja joo- al ver a Hitler despotricando por la campaña de Independiente.

Mientras me cebo el segundo mate me pregunto ¿qué necesidad de absorber todo esto? 

En eso se corta la luz, y a llorar al muro de los lamentos. La oscuridad total, la nada misma. Ya no hay ventana, ni muros, ni gentes, nada. Se apagó el murmullo social, totalmente vulnerable a los desperfectos. Un mundo virtual.

Cierro la notebook, me levanto tanteando sillas y muebles y me voy a dormir, como si ya habitáramos las páginas de Ray Bradbury.

Ilustración: cruci-ficción de Alejandro Barbeito


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